De entre todos los directores que Hollywood acoge en el Olimpo de los Clásicos, es bastante probable que ninguno haya tenido una trascendencia mayor en las generaciones que le precedieron que el gran John Ford.
En este trabajo he explorado como la planificación, encuadre y composición de sus películas, no solo tiene una potencia visual que casi nadie ha conseguido igualar, sino también como es su lenguaje más potente para forjar gran parte del mito estadounidense.